martes, 9 de noviembre de 2021

Master Chef, el casting

 ¡El anecdotario regresa! Muchos me lo habéis pedido, bueno básicamente Miguel e Imanol, mis fieles secuaces. No es que en este tiempo no me hayan pasado cosas, han pasado y muchas, pero poco a poco iré recordando y os iré transmitiendo mis historias del día a día. 

Para empezar, quiero dejaros con un agradable sabor de boca. El año pasado que estuvimos encerrados por la pandemia, yo estuve cocinando a tope y mi familia, amigos y gente de la calle con la que compartía mis platillos me animaban a seguir cocinando, así que me pareció buena idea hacer casting para entrar a Master Chef. Me inscribí y cuando pasé a la fase 2, que consiste en enviar información y fotos sobre ti, tu familia, amigos, etc., había un apartado que decía: muéstranos tu cocina, yo hice un video enseñando mi hermosa cocina, les enseñé la nevera, la vitro, las sartenes, las ollas y todos los utensilios. Estaba esperando a que me llamaran para la tercera etapa, pero el siguiente email que recibí fue para decirme que lo siguiera intentando. Me puse a investigar qué era lo que buscaban en la segunda fase de casting de Master Chef y obviamente lo que querían ver era cómo cocinaba. Ahora estoy pensando en enviar el video de ese casting a Callejeros, a lo mejor a ellos sí les mola. 

Tal vez si algún día me lo pedís, me anime a compartirlo con vosotros. 😅

martes, 9 de junio de 2015

El milagro de la virgen de la leche

Las navidades del 2012 fueron mágicas. No cayó ningún meteorito en la tierra como habían pronosticado los mayas, pero ese año la virgen María obró un milagro en mi. Yo llevaba tiempo intentando quedarme embarazada sin poder conseguirlo. El 24 de diciembre de 2012 fui a Belen a celebrar Navidad en el lugar que nos han dicho nació Jesus. El 25 de diciembre lo pasamos también en Belén y cuando fuimos a visitar la iglesia de la Natividad, nos enteramos que al lado había un templo dedicado a la virgen de la leche. Ahí le pedí a la virgen con todo mi corazón que me concediera la gracia de ser madre y así lo hizo. Ese mismo día en la noche me quedé embarazada. Yo prometí publicarlo y aquí estoy cumpliendo mi promesa. Virgencita chula, gracias por darme la dicha de ser madre. Ojalá la guerra entre las naciones de la tierra se acabe. Deseo volver libremente al lugar donde María escuchó mis suplicas y también que todas las mujeres que quieran ser madres y no puedan accedan a este lugar sin que exista amenaza para ellas. 

lunes, 25 de mayo de 2015

El síndrome de Ana Presas

Quiero ser una gran escritora, guionista y periodista, Pero, y pongo este pero con mayúscula porque el problema no es pequeño, me es imposible puntuar correctamente. Cuando menos te lo esperes, si es que sigues leyendo hasta aquí, encontrarás una coma sin sentido o un punto a lo loco.
Cuando me releo quiero ir a la entrada y quitar la coma o el punto rápidamente. Me cuesta trabajo acordarme de cómo entrar al blog porque casi nunca lo hago, una vez lo he conseguido voy rápido hasta donde se encuentra el gazapo y quito el punto o la coma en dos pasos:
1).- Pongo el cursor frente al signo de puntuación erróneo
2).- Le doy a la tecla que tiene la flecha mirando de derecha a izquierda, esa ballesta que indica atrás, volver, recular. Aprieto ese botón, me repliego, retorno y retiro el punto.
Pero, y vuelvo a poner el pero con mayúscula porque acabo de poner un punto y es lo que toca y además porque, repito, el problema no es minúsculo, insignificante, chico, ni mucho menos y pongo esa coma o punto que he quitado, anulado, extirpado  en otro lugar más absurdo, si cabe.
La vacuidad puntuacional es algo que llevo muy mal. El prescindir del punto o la coma que he eliminado por completo me cuesta mucho trabajo.
Aún así, no desisto en mi sueño de ser escritora, no creo ser la única, si sigo por este camino y soy constante con la falta de coherencia al puntuar podré convertir este inconveniente individual  en el síndrome de Ana Presas, un trastorno de la puntuación que afecta a personas que leen poco y escriben menos, que se caracteriza por la absurda colocación de puntos y comas en un texto, su retirada compulsiva y su reubicación más ilógica, si cabe, en otro lugar del mismo.

miércoles, 16 de abril de 2014

Tornen les anècdotes!

Sí, sóc jo de nou. Perdonareu que fa temps que no escric gens ni mica. No cregueu que és perquè ja no em passen coses absurdes o sense sentit, o perquè per fi he madurat. Bueno, això de madurar sí que va canviar una miqueta, ara sóc mare d'una nena increïblement bonica!! Precisament vull parlar-vos de la meva etapa de gestació. D'aquells meravellosos mesos encara conservo sentiments, pensaments, i quilos. Us preguntareu per què escric en català, això és perquè l'únic seguidor que em queda és Carles, el que va a ser el meu professor als últims nivells, el B i el C, de català. Carles, si alguna vegada llegeixes aquesta afirmació, no deixis de seguir-me!

domingo, 25 de noviembre de 2012

Cantando baja la ducha



Me encanta cantar cuando me estoy duchando. La acústica es increíble. Cuando canto mientras me baño lo doy todo, con la ilusión de que algún día un productor descubra mi talento y esté dispuesto a explotar todo mi potencial. Anteayer me encontré a la vecina y me comentó que seguro el sobrino de Adelita, mi vecina de a lado, volvió a las drogas, porque todas las mañanas se despierta chillando. 
Si está metido en ese mundillo, espero que conozca algún famosete que me diga: "Te quiero en mi equipo".

domingo, 16 de septiembre de 2012

Lo que las hace felices


La peluquería es un lugar ideal para contar chistes. Este verano noté el ambiente cargado entre las señoras y me dispuse a contarles uno que escuché la noche anterior. 
Está una tía en la discoteca y viene un chaval:
Él -Te voy a comer to el coño
Ella -¡¿Qué?!
Él -Hay, no. Perdona, disculpa...
Ella - No, no. Ahora me lo comes
Todas empezaron a reír como desaforadas y se lanzaron con otros chistes más picantes, calientes, subidos de tono. El siguiente lo contó una de ellas:
Va un español a Inglaterra y entra en una farmacia,
-Disculpe ¿Hay ampollas?
-Hi, Mister Pollas!
La chica que lavaba el pelo y yo fuimos las únicas que reímos. Después nadie volvió a contar más chistes. 
La lección que aprendí con esta anécdota es que a las señoras no les gustan las pollas pero sí, que les coman el coño. 


miércoles, 28 de octubre de 2009

Confusión

Estoy escribiendo microcuentos para un concurso. El concurso consiste en redactar una historia en cien palabras, comenzando con la última frase del cuento ganador de la semana anterior. La frase era: “Creen que es alergia, pero es amor”. Yo no pude escuchar el programa y lo vi en la página web. Pero mi dislexia me impidió ver la palabra alergia, yo vi ¡Alegría! Y con singular alegría, valga la redundancia, comencé a escribir mi cuento.
Todavía no han elegido ninguno de mis relatos... pero estoy en ello.